Nada mejor que el verano para poner en práctica muchas de las actividades Montessori al aire libre. Ya hace más de un siglo que la pedagoga María Montessori diseñó su primer ambiente preparado para niños de 2 a 6 años y hoy sus enseñanzas están más de actualidad que nunca.
¿La razón? su efecto positivo en el crecimiento y el desarrollo de los niños. No hace falta ser un profesor especializado en el Método Montessori, ni es necesario contar con conocimientos previos para aplicarlo en casa.
Hoy vamos a proponeros 3 actividades Montessori para practicar al aire libre, perfectas para entretener de forma educativa a los niños durante las vacaciones. Y no pasa nada si todo acaba perdido, si se manchan o se mojan 😉 Son actividades que fomentan el espíritu de diversión y descubrimiento. Dejad que los niños exploren libremente.
Muchos de los mejores momentos de aprendizaje ocurren por casualidad.
María Montessori apreció que los niños absorben el entorno globalmente. En esto, sus cerebros funcionan de forma diferente durante los 0 a 6 años que en otras etapas de sus vidas. Por eso es importante que entren en contacto directo con objetos reales. Que primero experimenten el mundo real para después adentrarse en el pensamiento abstracto. Por eso no necesitaréis más que objetos convencionales para estos juegos.
Juego 1: Entrenar la motricidad fina.
La motricidad fina se concentra fundamentalmente en los pequeños músculos de las manos y los dedos. Estas actividades fomentan la capacidad de secuenciar, iniciación a la lectura y el cálculo. Además, preparan para agarrar bien el lápiz.
- Para niños de 2 a 3 años: mezclad distintos tipos de pasta (tiburones, macarrones, lazos… también valen legumbres, cereales…) en un recipiente. Los niños tendrán que separarlos según el tipo que sea y ponerlos en otros recipientes.
- Para niños de 3 a 4 años: una variante del juego es utilizar varios recipientes para que los niños vayan pasando el agua de uno a otro. O disolver con cuentagotas (de los que vienen en los medicamentos y que nunca se usan) o con esponjas distintos tonos de pintura en un recipiente con agua.
Los juegos de agua son perfectos para el verano. Pinterest.
Fomenta el juego libre durante las vacaciones (Jelleke Vanooteghem, Unsplash).
Juego 2: Practicar la concentración y la creatividad.
Esta actividad favorece la concentración, que es la clave del aprendizaje. Animad a los niños a reunir distintos elementos de su entorno: piedras, hojas, flores, conchas… y dejad que jueguen a su aire, que creen sus propios escenarios de juego. Dejad que piensen por ellos mismos, que experimenten.
El juego libre, que tan poco se practica en época escolar, entrena la concentración. Si añadimos materiales artísticos: pinturas, ceras, cintas… fomentaremos, además, su creatividad.
Juego 3: Promover la autoconfianza.
María Montessori consideraba clave promover autonomía del niño: “Ayúdame a hacerlo yo”. Estas actividades permiten al niño a centrar su atención e interiorizar el sentido del orden y de la belleza, además de desarrollar la autoconfianza y una imagen positiva de si mismo. Además, se desarrollan en la cocina, que es uno de los entornos de aprendizaje Montessori por excelencia.
Se trata de manipular comida: hacer zumos con exprimidores manuales, cortar y pelar fruta y verdura (u otro tipo de alimento: es clásico el huevo duro) con peladores, ralladores, cuchillos no demasiado afilados… Y disponer los trozos en una fuente de forma divertida. Es importante llamar la atención del niño sobre los olores, las texturas… Es una buena idea para promover una alimentación sana. ¿Qué tal si organizáis una fiesta infantil? Dejad que colaboren en los preparativos.
Cortar un huevo es una actividad clásica Montessori, como cuenta Cristina de Montessori en casa
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