Hoy quiero aprovechar para proponer desde aquí un San Valentín diferente. Antes de lanzarnos como locos a consumir, quizás sería bueno pararnos un poco pensar sobre qué es lo que celebramos ese día. Si podemos aprovechar el famoso Día de los Enamorados para algo más que para comprar.
San Valentín: o lo amas, porque te da la oportunidad de festejar algo bonito, o lo odias, pues te parece un invento comercial. En realidad, tiene parte de las dos cosas, así que ¿por qué no volverlo en tu favor y hacer que sea más de lo primero y menos de lo segundo?
Un día para reconectar
El Día de los Enamorados puede darnos pie a reflexionar sobre la pareja. A pensar si todas las cosas están yendo como te gustaría que fueran. Si la respuesta es que sí, ¡genial! a celebrar San Valentín como si no hubiera un mañana. Pero si la respuesta es que no, quizás este día tan estereotipado te pueda servir como pistoletazo de salida para reconectar con tu pareja y cambiar lo que no te gusta.
San Valentín sin tópicos
El amor no es algo estático. No hay una única manera de comprenderlo, ni de vivirlo. Es un aprendizaje, ligado a la cultura de la que procedas. Eso no significa que te puedan imponer una visión del amor. ¿Sabes esos tópicos de la media naranja, el alma gemela…? Pues eso, que solo son tópicos.
No necesitas que otra persona te complete. No hay alguien que sea –ni tú tienes porqué serlo– una copia de nadie. Cada pareja debe construir su relación como mejor le parezca, respetando la individualidad del otro y la propia, ¿no crees? Sin atenerse a las imposiciones del amor romántico que tanto daño pueden llegar a hacer.
Creo que estaría bien que San Valentín sirviera para cambiar el modo de relacionarnos en pareja. Cada pareja es libre de vivir su amor como mejor les parezca, siempre y cuando los dos se sientan bien: basándose en el respeto mutuo, en la autonomía, la corresponsabilidad, la empatía, la comunicación… (Puedes leer más sobre esto aquí)
Lo que me gusta de ti
Por eso, para celebrar San Valentín de una manera diferente he creado el diario de pareja. En él podéis apuntar aquello que os gusta de la otra persona, porque nunca está de más escuchar o decir cosas buenas del otro. Puede ser una manera divertida y sobre todo positiva de identificar vuestras fortalezas como pareja y empezar a construir desde ahí.
¿Qué tal si la ponemos en práctica? Siempre puedes guardar tus buenos momentos en este tarro.
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